En una escuela para todos y todas...
Convencidos de que es posible convertir las dificultades en oportunidades. La escuela como institución tiene una tarea insustituible con un sector del alumnado, con los más desfavorecidos, con aquellos niños y niñas que únicamente a través de ella van a poder acceder a los valores culturales establecidos en la sociedad. La escuela inclusiva debe estar al servicio de las necesidades de su alumnado, aceptando que dichas necesidades pueden ser muy distintas. El aprendizaje cooperativo constituye una herramienta muy valiosa para llevar a cabo prácticas inclusivas en nuestras aulas y atender adecuadamente a la diversidad.
En una escuela inclusiva todos sus alumnos deben estar expuestos a ambientes enriquecidos donde se realicen actividades de enseñanza y aprendizaje significativas, que hacen todos los alumnos juntos, estimulando así su progreso y no buscando que algunos se adapten a su "nivel".
